lunes, 4 de julio de 2011

Cuando la forma expresa lo contrario





¿Qué es lo que de mí no estaba hecho para esas cosas? La arquitectura de mi materia física. Pero de arquitectura conoce sólo el arquitecto, no el edificio. El edificio no siente su arquitectura. Siente su piedra, su mármol o su adobe. Y yo me sentía mi carne y mi sangre. Yo vivía mi carne y mi sangre. Pero unos a otros nos aprehemos por la forma y pensamos estúpidamente que la forma es siempre el signo fiel de la sustancia. ¿Y cuando no lo es?¿Cuando la forma expresa lo contrario de lo que es la sustancia?¿Cuando la forma traiciona a la sustancia?
¿Quién mitiga ese error?

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