domingo, 22 de mayo de 2011

Hoy Domingo...


Como un puñal a mi alma, como un rasguño a mi vida, tu silencio me asfixia.

Duelen tanto tus abrazos, hielan tanto tus besos.
Es todo tan diferente, dista tanto todo hoy, y aún así veo algo más de lo que me señalan, huelo algo más de lo que todos creen. Hay algo que aún me ata, hay cierto vestigio, que va más allá de los recuerdos; hay todavía atisbos de esa esencia que me purificaba. Pocos, quizás, pero tan sublimes como reales. 
Y aún cuando mi mundo me pide a gritos mirar en rededor y entender cuán feliz debería ser en este instante, alzar la vista y ver Su protección, pisa el suelo que la vida me está regalando, exprimir las oportunidades que hoy precipitan, aún cuando mi entorno me empuje hacia mí, inevitable resulta verme corriendo hacia vos. 
Solo quiero serme fiel a mí mismo, serme tan sincero como toda la vida, no sé si es cuestión de entender, ya desistí en aferrarme a esas explicaciones que aún no encuentro. 
Mas hoy, domingo, el frío me aterra, hoy el día es gris (demasiado, quizás) y parece ni siquiera inmutarte el hielo en mi piel, el vacío en mi alma.
Hoy domingo…

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